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Pau Donés |
Fernando Mexía
Los Ángeles (EEUU), (EFE).- El cantante del grupo español Jarabe de Palo, Pau Donés, se desmarcó de la música pop y reivindicó hoy el giro roquero dado por su banda en "¿Y ahora qué hacemos?", un disco para una época de crisis en la que "ya no existen ideologías".
En una entrevista con Efe con motivo de la minigira que llevará a cabo el grupo por Estados Unidos durante la primera semana de julio, Donés, de 44 años, mostró su hartazgo por la situación que atraviesa el negocio de la música.
"Vivimos en un mundo absolutamente pop. El pop es a lo que se ha apuntado todo el mundo. Llega a la gente, es barato de producir y vende a los artistas y no sus trabajos. Eso me toca los huevos", comentó el cantante de Jarabe de Palo a quien con la edad le han entrado ganas de "pegar saltos en el escenario".
"(El rock) Es el estilo que queremos seguir a partir de ahora, me late de esta manera tras 16 años moviéndonos en medios tiempos. Supongo que hay un punto de rebeldía. No quiero que me metan en ese saco de la música pop porque para mí la música es más, tiene que ver con la cultura", declaró el artista.
Preguntado por las influencias pop en los álbumes anteriores de la formación, Donés "flipa" si alguien "ve algo de pop" en sus discos, un sonido que para él representan artistas como Lady Gaga, Nena Daconte o Carlos Baute.
Jarabe de Palo lanzó el pasado marzo el octavo LP de su carrera, "¿Y ahora qué hacemos?", el segundo con su propio sello discográfico, Tronco Records, después de que reeditaran sus grandes éxitos en "Orquesta Reciclando" (2009), y con el que regresaron a sus raíces roqueras presentes en "La Flaca" (1996), aunque de forma más purista.
"Este disco es cero latino", indicó Donés que consideró el cambio un "paso hacia delante" de la banda que "ha sido muy bien aceptado por la gente", aunque no está funcionando bien comercialmente.
"El disco, en cuanto a número de unidades vendidas pues va mal, porque no se venden discos y si dijera otra cosa te mentiría", explicó el cantante para quien el éxito o el fracaso se debería medir por el "número de conciertos y su calidad".
"En eso nos va de puta madre. Llevamos más de 30 conciertos y eso sin empezar la gira de verano y en octubre volveremos a Latinoamérica otra vez", adelantó Donés que calificó al público americano como "cojonudo".
"España es en un país 'exitista', si tienes éxito te siguen y si dejas de estar de moda, tienes un seguimiento menos intenso. En América cuesta un huevo que la gente te escuche y te valore, pero una vez que estás ahí es para siempre. En Latinoamérica y EEUU la música es cultura y aquí (España) es más entretenimiento", afirmó.
Jarabe de Palo, que tiene en su haber temas como "La flaca", "Depende" o "Bonito", actuará el 5 y el 6 de julio en Nueva York, el 7 en Falls Church (en el área de Washington DC), el 9 en San Diego, en California, y concluirá su periplo estadounidense el 10 de julio en The Music Box de Hollywood, en Los Ángeles.
Antes de regresar a España la banda hará una parada en el teatro Metropólitan de Ciudad de México el día 11 donde tienen previsto un concierto para el que apenas quedan localidades disponibles, anunció Donés.
"¿Y ahora qué hacemos?" recoge el sentir de Jarabe de Palo en tiempos de crisis y se dio a conocer con el sencillo "La quiero a morir", una versión del clásico de Francis Cabrel interpretada por Donés y Alejandro Sanz. El álbum también cuenta con las colaboraciones de Joaquín Sabina, Antonio Orozco y Carlos Tarque.
"Los artistas nos podemos quejar de las cosas y de alguna manera somos el altavoz del pueblo, aunque se nos hace poco caso", indicó Donés en relación a la situación económica actual y a las manifestaciones de los indignados del Movimiento 15-M en España.
"Yo siempre he sido muy 'rebotón' y cuando algo me parece lo digo. '¿Y ahora qué hacemos' es una pregunta que tiene que ver con el momento que vivimos. No necesitamos políticos que nos vendan ideologías, ya no existen. A todos nos gusta vivir bien, irnos de vacaciones, eso es capitalismo", afirmó Donés.
El artista pidió a los políticos que se olvidaran de los debates de izquierdas y derechas y se aplicaran "en gestionar bien" el dinero.