Teatro Agua y Luz totalmente abandonado. |
José Antonio Aybar F.
aybarjo@gmail.com
El recurso de amparo interpuesto por la comunicadora Yolanda
Martínez, y que cuenta con el respaldo de artistas y residentes del
sector La Esperilla, en contra del Ayuntamiento del Distrito Nacional,
por violación a los derechos de la salud con los espectáculos que se
realizan en el Anfiteatro Nuryn Sanlley, coloca sobre el tapete un
problema que desde hace años venimos planteando a las autoridades
dominicanas, tanto de éste como de otros gobiernos.
La falta de un auditorio exclusivo para la realización de
eventos artísticos y de otras categorías, es una necesidad que ninguna
autoridad oficial, mucho menos el empresariado dominicano, ha colocado
en sus agendas.
El pasado año, durante la acostumbrada visita que, como
presidente de la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) giramos al
presidente de la República, licenciado Danilo Medina, al Palacio
Nacional, éste nos abordó sobre los preparativos de premios Soberano.
Entre los temas tratados le explicamos la necesidad de un
lugar con las condiciones técnicas y capacidad de espacio donde
celebrar, no solo la más importante premiación artística de
Latinoamérica, que ya no cabe en el Teatro Nacional Eduardo Brito, sino
de otros eventos de gran envergadura.
Explicamos al Primer Mandatario de la Nación la viabilidad de construir un centro de Convenciones en Santo Domingo para la realización de
conciertos, espectáculos, teatro, ópera, reuniones, congresos,
convenciones y exposiciones.
Este centro de convenciones se construiría en sociedad con
la empresa privada y su administración pasaría a manos de un patronato
mixto, como ocurre en otros países del área.
Espacios donde construir hay de más, uno de estos sería el
terreno donde se encuentran los vestigios de lo que un día fue ejemplo
de esplendor y majestuosidad para muchos países latinoamericanos: el
Teatro Agua y Luz, del Centro de los Héroes, hoy convertido en un
prostíbulo al aire libre y cementerio de chatarras.
Auditorios prestados
Ante la falta de un establecimiento equipado y con capacidad para el montaje de grandes conciertos y espectáculos, los empresarios dominicanos se han visto en la necesidad de rentar lugares como el Estadio Olímpico Félix Sánchez, Palacio de los Deportes Virgilio Travieso Soto, Gran Arena del Cibao, Pabellón de volibol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte y otros.
Son instalaciones deportivas carentes de acústica y de la mínima estructura para montajes artísticos.
Anfiteatro Nuryn Sanlley. |
Sobre el Nuryn Sanlley
Los residentes de La Esperilla aseguran que los eventos
presentados en el Anfiteatro Nuryn Sanlley violan la ley que establece
que el ruido no debe sobrepasar los 40 decibeles y que contravienen la
prohibición de toda emisión de ruido a través de equipos musicales en
horarios nocturnos, de 7:00 de la noche a 7:00 de la mañana.
Una salida salomónica y que se ha planteado es el techado
del Anfiteatro, cuyo costo, según datos obtenidos por Qué Pasa! rondaría
los 70 millones de pesos.
Mientras llega esta decisión, el próximo
lunes continuará el conocimiento del recurso de amparo interpuesto por
Yolanda Martínez, por contaminación sónica.
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