El apresamiento y posterior
liberación, en Paraguay, de la actriz argentina Moria Casán, acusada por un
comerciante de la supuesta apropiación ilegal de joyas prestadas para que las
luciera en una presentación artística nos recuerda similares casos protagonizados
por algunas de las famosas "megadivas" criollas.
Se recuerda el caso de una "megadiva" que fue acusada por un reconocido diseñador de mucha demanda para los
premios Casandra de apropiarse de un vestido de gala, zapatos y cartera que a
título de préstamo le cedió para asistir a la premiación.
En principio el diseñador decidió
llevar el caso a la justicia, pero por la mediación de un amigo de ambos,
desistió de la demanda.
Uno de los casos más sonados en
el medio artístico tuvo como protagonista a otra "megadiva" a la que uno de los
más prestigiosos diseñadores dominicanos le devolvió un vestido, cuyo precio
oscilaba entre los 90 y 100 mil pesos, porque, según él, la hermosa modelo sufría
de mal olor en las axilas.
Otra "megadiva", amante a las
prendas, retuvo por un tiempo un collar de perlas que le prestó un reconocido diseñador
del Cibao para usarlo en un desfile de moda celebrado en Santo Domingo. Pasaron
dos meses, muchas llamadas y amenaza de escándalo público para que la joven
devolviera la prenda. Sólo así recuperó lo prestado.
Estas se salvaron de la vergüenza
pública, lo que las diferencian de Casán, quien quedó libre para retornar a
Buenos Aires, pero continuará ligada al proceso de investigación hasta que se
aclare la desaparición de las joyas, cuyo valor estimado es de unos 70.000
dólares, aunque un juez ordenó la detención de los agentes de Casán, Luciano
Garbellano y Aldo Alexis Sotto, para responder por las alhajas
desaparecidas.
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