Berlín. EFE. La excéntrica cantante neoyorquina Lady Gaga ha confesado que le gusta visitar en la ciudad de los rascacielos los bares barriobajeros con olor a orines antes que acudir a los lujosos clubes de moda donde se reúne la elite musical.
"Prefiero los bares pequeños y destartalados donde sirven cerveza y güisqui. En la esquina hay una 'jukebox' y huele siempre un poco a pipí. Ahí me siento a gusto", revela Lady Gaga en una entrevista que publica hoy el rotativo Bild.
Stefani Germanotta, conocida como Lady Gaga, asegura ser "una gitana con una bolsa llena de ropa de alta costura" y comenta que cuando visita a sus padres duerme en un "colchón hinchable".
Asimismo se confiesa una absoluta fan de su ciudad natal y comenta que tuvo una "infancia estupenda" en la que lo mejor, dice, era viajar en metro. "Esta es una de las cosas que mas echo ahora de menos", añade.
"A las 6 de la mañana del Año Nuevo salir de un bar con los amigos, ver amanecer, ir a comer huevos revueltos con ketchup. ¡Eso es Nueva York! O comer un pedazo de pizza de una bolsita de plástico. Eso no lo hay en ninguna otra parte", explica la cantante.
"Nueva York es la metáfora de mi vida. ¡Esa creatividad infinita! Nueva York tiene tantos rostros. Es mi gran inspiración. La ciudad es mi diccionario musical", enfatiza.
Y añade: "El ronroneo de los coches, el chirrido del metro, el claqueo de mis tacones altos cuando ando por la calle, todos esos sonidos son mágicos".
En cuanto a los atentados del 11-S, la cantante recuerda que "estaba en una clase de historia en el colegio. Las torres se derrumbaron y una nube negra nos cubrió. El atentado dejó una cicatriz profunda, pero Nueva York no ha hecho sino fortalecerse".
"Todo el mundo dice que Nueva York es peligrosa, acelerada y caótica, pero la verdad es que la gente está unida por un hilo invisible. En esta ciudad te haces adulto rápidamente. Y tienes que hacerlo", concluye Lady Gaga, de 25 años.
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