Martí Quintana
Quito (EFE).- El cantante Marc Anthony conquistó esta noche a más de 20.000 personas en Quito con un espectáculo aliñado con mucha salsa, el género que lo encumbró, tremenda energía y golpe de cadera.
Clásicos de su repertorio como "Contra la corriente", "Valió la pena" o "Tu amor me hace bien", acompañados de una poderosa banda con una docena de músicos, le valieron al salsero para llegar a un público variopinto en un concierto algo corto, no llegó a los quince temas, pero eficaz.
Con "Aguanile", del padre de la salsa Héctor Lavoe, empezó un 'show' marcado por la teatralidad y el desparpajo escénico propios de Marc Anthony, quien mezcla seducción, repartiendo besos entre las féminas, con dislocación, con imposibles movimientos de pelvis, manos y cabeza por todo el escenario.
Tan arrolladora energía siguió contagiando al público con éxitos como "Y hubo alguien" o "Vivir lo nuestro", al que se sumaron provocaciones como "Se van calentando... ¿verdad?"
Una insinuación nada inapropiada, pues el frío y la lluvia que arremetió toda la tarde y empapó el estadio Olímpico Atahualpa, lugar del encuentro, por momentos convirtió al resistente público en un mar de ponchos y paraguas.
"La diversión está en una, la gente no debe amargarse por la lluvia", coincidieron Fernanda y Fernanda, dos amigas entusiasmadas ante la idea de ver por primera vez en directo al cantante.
"Así sea sin paraguas, hay que botar el paraguas y bailar", exclamó Mónica, otra admiradora del cantante, acompañada por su marido.
Con una hipercoreada "Hasta ayer", en la que solo tuvo que cantar la mitad de la canción pues la otra mitad fue interpretada por los espectadores, probó a los más escépticos su rol de icono de la salsa moderna.
Fue sin embargo gracias a la versión de "Y cómo es él" de José Luís Perales, en la que brilló el cantante, y se pudo descubrir el lado más emocional (y menos 'showman') de Marc Anthony.
Enfundando en un elegante traje negro, del que solo destacaba un collar plateado y un anillo gigante en una mano, el cantante del Harlem de origen puertorriqueño dio fe de su múltiples raíces intercalando "Esos" y "Arriba mi gente" con "Check it out", la muletilla con la que daba paso a cada canción.
Tras la bailable "Valió la pena", uno de sus mayores éxitos, y una serie de salsas románticas, llegó la recta final del concierto, que empezó con un aplaudido "Mi gente".
"Pero como soy de usted les invitaré a gozar", reza la canción y rezó Marc Anthony, haciendo un último esfuerzo para llegar a los miles de asistentes.
La vengativa "Te conozco bien", en la que el artista le canta a una amante "arrepentida" que le abandonó por otro hombre, fue cantada por el público a pleno pulmón.
Y tras el vinagre llegó el azúcar, y la melosa "Tu amor me hace bien" cerró el concierto como perfecto preámbulo para un fin de fiesta entre sábanas.
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