Paula Bustamante
LOS ANGELES. AFP. El médico de Michael Jackson, Conrad Murray, irá a juicio por homicidio involuntario del cantante y no podrá ejercer en California, según un fallo emitido el martes después de seis días de audiencias preliminares en la Corte Superior de Los Angeles.
Luego de escuchar los testimonios de medicos, paramédicos, asistentes personales y personas cercanas al cantante antes de su muerte el 25 de junio de 2009, el juez Michael Pastor consideró que existen pruebas suficientes para enjuiciar a Murray y retirarle su licencia médica en California.
Murray deberá comparecer el 25 de enero próximo ante la corte para que le lean los cargos en su contra. De ser hallado culpable, podría ser condenado a cuatro años de cárcel.
La fiscalía acusó al doctor Conrad Murray, de 57 años, de homicidio involuntario por haber administrado a Jackson el poderoso anestésico propofol para ayudarlo a dormir y luego no cuidarlo apropiadamente.
Durante el proceso de audiencias, que duró menos de las dos semanas estimadas, los padres del Rey del Pop, Katherine y Joe Jackson, así como sus hermanos, Randy, Jackie, Janet, Rebe, LaToya y Jermain siguieron en primera fila casi todos los días los testimonios de personas del entorno de su hermano más famoso.
El fiscal de distrito adjunto, David Walgren, dijo al juez que Murray estuvo dándole propofol a Jackson todas las noches durante casi dos meses para poder ayudarlo a controlar sus problemas de insomnio, mientras preparaba la serie de conciertos en Londres "This is It".
Walgren también enumeró una serie de fallas del médico. Según él, Murray no practicó bien los primeros auxilios, ni llamó al número de emergencias 911 lo suficientemente rápido, así como tampoco le contó a los paramédicos qué le había suministrado al artista.
Los médicos y paramédicos que atendieron a Jackson dijeron que, cuando lo vieron, parecía haberse muerto mucho antes de que se hiciera la llamada de emergencia.
El martes, cuando se cumplía el sexto día de audiencias preliminares, Christopher Rogers, el médico del Instituto Forense de Los Angeles, que calificó la muerte de Jackson de homicidio, dijo que el ídolo pop estaba en buen estado de salud cuando murió.
Rogers afirmó que Jackson gozaba de buena salud en general antes de la sobredosis de sedantes que provocó un paro respiratorio al cantante de 50 años, de 1,80 metros y 62 kilos.
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