Jean Hilliard, de 19 años, es una de las pocas personas que ha sobrevivido al congelamiento extremo.
Jean sufrió un accidente de auto en una zona rural al noroeste de Minnesota en 1981 y quedó en la nieve toda la noche. Aquella madrugada se registraron temperaturas de 22 grados bajo cero y cuando un amigo la descubrió, estaba congelada totalmente, rígida y aparentemente muerta. El amigo la cargó, pero estaba tan congelada que la tuvo que introducir diagonalmente en el asiento trasero de su auto para llevarla al hospital, como si fuese una tabla de madera.
Cuando llegó al hospital, su temperatura era tan baja que el termómetro no alcanzaba a registrarla y su piel estaba congelada y dura al grado de que era imposible insertarle una aguja para administrarle fluidos intravenosos. Sus ojos estaban duros y las pupilas no respondían a la luz.
Sin embargo, los médicos fueron capaces de registrar el latido de su corazón, que palpitaba unas 12 veces por minuto. La cubrieron y, poco a poco, comenzó a revivir hasta que, unas horas después, estaba despierta y comenzó a recuperarse. Finalmente, salió del hospital 49 días después sin haber perdido ni un dedo y sin secuelas aparentes. (http://www.nytimes.com)
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