Perdón

Cuando se cuenta con lectores fieles, que siguen las informaciones publicadas o expresadas a través de la radio o la televisión, asumimos un compromiso que no debemos descuidar. Pero la vorágine en que nos desenvolvemos los periodistas no se entenderá con solo contarla. Hay que vivirla para entenderla. Esto hace, muchas veces, que uno descuide obligaciones como ésta, la de mantener a www.testigouno.net actualizado, por el compromiso con ustedes los lectores. Pero, en honor a la verdad, debo confesar que nuestro descuido desde hace unos días tiene que ver con las siguientes razones: 1.- Nos atacó "la primera vuelta" (así le llaman al nuevo virus gripal que tiene a los dominicanos postrados). 2.- El pluriempleo con el que tenemos que convivir la mayoría de los profesionales de República Dominicana para mantenernos apegados a la ética, sin claudicar ante las tantas tentaciones con que nos topamos en el día a día. 3.- Nos tomamos unos días de reflexión para analizar la naturaleza humana, sobre todo de gente que se autoproclaman amigos y colegas y sólo están a al espera del primer asomo de confrontación con terceros para sacar a flote sus verdaderas intenciones, con puñaladas traperas, producto de la venta de sus conciencias. El caso de Anthony Santos sirvió para que gente que nos abrazaba, nos escribía, nos felicitaba por el trabajo que realizamos en la sección Que Pasa! del periódico El Nacional; en la sección "Qué pasa en Qué Pasa!" del programa La Alegría del Mediodía por Supercanal 33 y Supercanal Caribe; en el programa radial "El vacilón del Sábado" que producimos los sábados de 12:00 del mediodía a 5:00 de la tarde por Neón 89.3 (www.neon89.com); el segmento que realizamos todos los sábados en "El Pachatazo", que se origina en La Kalle 105.9 de Nueva York y en "El palo de la tarde", por Wado y nuestro trabajo en www.testigouno.net, dejaran salir sus bajos instintos para buscar ventajas con el popular bachatero. Hoy estoy más claro que nunca en que la verdadera amistad no se compra en botica. Que no son todos los que están ni están todos los que son y que al final de la jornada, siempre, pero siempre, los enganchados, los "atrapacheles", los mediocres, salen a flote en busca de la carroña que como aves de rapiña necesitan para sobrevivir.

Perdonen ustedes, amables lectores.