Cuando exponentes de música urbana irrumpieron en el ambiente musical criollo lo hicieron de la mano de un nuevo estilo de mercadear sus propuestas.
Sin conocer un bledo de estrategias mercadológicas crearon su propio estilo con el que comenzaron a posicionarse en el negocio de la música, dejando “boquiabiertos” a ciertos “guruses” del ambiente artístico dominicano.
El Street Marketing o “marketing de calle o urbano”, desconocido para estos muchachos venidos de barrios marginados de la capital y del interior del país, son acciones publicitarias y comunicativas que se efectúan en la calle o en espacios comerciales con la intención de generar impactos en los consumidores.
Junto con el Marketing online esta es una de las disciplinas comunicativas de mayor crecimiento. La misma reúne promociones, acciones de comunicación y campañas publicitarias que se efectúan en el medio urbano. Este tipo de mercadeo fue asumido por raperos, reguetoneros y hipoperos dominicanos con lo que lograron potabilizar sus estilos dando de lado a los medios tradicionales, a los cuales se les imposibilitaba penetrar.
“El trabajo de calle”, como todavía hoy le llaman a esta técnica a la que recurrieron producto de la necesidad de masificar el consumo de sus ofertas, surtió el efecto deseado.
Llamaron la atención de emisoras, canales de televisión y medios escritos, ante la demanda de oyentes, televidentes y lectores que consumían sus ofertas “underground”.
Hoy día los exponentes de la música urbana deben lo que son a la implementación del “marketing de calle” en el negocio, con tan buen acierto que otros géneros musicales han tenido que asumirlo para poder sobrevivir.
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