Los investigadores luchaban por determinar qué mató a Whitney Houston mientras los nombres más importantes de la industria musical acudían a la ceremonia de los premios Grammy que sin duda se percibió como una mezcla de ceremonia fúnebre y celebración.
El cadáver de Houston llegó a una morgue de Los Angeles este domingo en la madrugada, horas después de que la cantante de 48 años fue hallada en una habitación del hotel Beverly Hilton, donde se preparaba para una gala previa a los Grammy.
Las autoridades no dijeron cuándo se realizará la autopsia, pero probablemente se demorará el anuncio oficial sobre la causa de la muerte mientras no estén listos los resultados de los exámenes toxicológicos.
Mientras tanto, los paramédicos informaron que llevaron a la hija de Houston a un hospital de Los Angeles la mañana de este domingo debido a razones médicas no especificados. Bobbi Kristina Brown fue dada de alta posteriormente.
La hija fue trasladada del hotel Beverly Hills Hilton alrededor de las 10:30 de la mañana, dijo el Departamento de Bomberos de Beverly Hills. Un correo electrónico enviado a un representante de su padre, el cantante Bobby Brown, no fue respondido de inmediato.
El fallecimiento de Houston se produjo la noche previa al máximo espectáculo de la industria musical, los Grammy. La cantante fue recordada hoy en un homenaje en la voz de Jennifer Hudson y era probable que en la ceremonia otros músicos recordaran a la cantante.
Houston ganó seis premios Grammy y se suponía que iba cantar anoche en la gala previa a los galardones, ofrecida por el empresario musical Clive Davis, su mentor de toda la vida.
Davis siguió adelante con su concierto anual en el mismo hotel donde el cadáver de Houston fue encontrado y donde permaneció la mayor parte de la noche. Le dedicó la velada y pidió un momento de silencio.
Houston acudió a los ensayos del show el jueves, preparando a las cantantes Brandy y Monica, según una persona que estuvo en el acto pero que no estaba autorizada a hablar con los medios al respecto. La persona dijo que Houston lucía despeinada, sudaba copiosamente y tenía aliento a licor y cigarrillos.
En la cima de su éxito, Houston fue la chica dorada de la música. Desde mediados de los años 80 hasta finales de los 90, fue una de las artistas con mayor venta de discos. Deslumbró al público con interpretaciones vocales naturalmente poderosas que tenían sus raíces en iglesias de negros pero que hizo apetecibles para las masas al darles un brillo pop.
Su éxito la llevó más allá de la música, al cine, donde protagonizó éxitos como “El guardaespaldas” y “Waiting to Exhale”.
Tenía la voz y la imagen perfectas: una hermosa cantante de gran atractivo pero nunca demasiado sexual, que mantuvo perfecto aplomo.
Influyó a una generación de jóvenes cantantes, desde Christina Aguilera hasta Mariah Carey, quien cuando debutó sonaba tan parecido a Houston que muchos pensaban que era ella.
Pero hacia el final de su carrera, Houston se convirtió en una impresionante advertencia sobre el impacto de las drogas. Sus ventas se desplomaron y dejó de producir éxitos; su imagen serena fue destrozada por un comportamiento salvaje y extrañas apariciones públicas. Confesó que abusaba de cocaína, marihuana y píldoras y su impecable voz se tornó ronca y áspera, incapaz de alcanzar las notas a las que llegaba en sus mejores tiempos.
“El mayor demonio soy yo. Puedo ser mi mejor amiga o mi peor enemigo”, dijo Houston a Diane Sawyer de la cadena ABC en una entrevista en 2002, junto a su entonces esposo Brown.
Fue una caída trágica para una superestrella que llegó a ser una de las artistas pop más exitosas de la historia, con más de 55 millones de discos vendidos sólo en Estados Unidos. (minutoaminuto.mx).
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