El merengue, alma nacional, ritmo autóctono dominicano, ritmo representativo de Quisqueya, cumple hoy 153 años, y esta fecha llega en un momento en que al género le faltan dolientes.
Los líderes del merengue no están haciendo nada por devolverle el brillo, el esplendor, el respeto que logró en décadas pasadas.
El dinero y la comodidad hicieron sucumbir los deseos de esas figuras en prestigiar el merengue con buena lírica y hacer que sea respetado como lo que es: el medio de sustento de esos que ayer andaban en busca de una oportunidad en el arte y al conseguirla, y con ella la fama y la fortuna, olvidaron que el ritmo necesitaba de sus buenos aportes para mantenerse en la cúspide.
Mediante el decreto 619-05, en el 2005, el Poder Ejecutivo dejó instituido como Día del Merengue el 23 de junio, día del natalicio de Juan Bautista Alfonseca, considerado el padre del género.
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