El pasado octubre una parte de la crónica de arte que acciona en la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), reunidos en asamblea, tomó la decisión de eliminar el plazo de 72 horas para reclamar algún olvido en las nominaciones de los premios Casandra. Esto quiere decir que, a partir de ahora, el “derecho al pataleo” es válido, pero no hay vuelta atrás.
El revuelo causado por la publicación de las nominaciones para el Casandra 2012 tiene elementos que es bueno destacar para edificación de algunos artistas que fueron ponderados y quedaron fuera.
La mecánica de una institución que premia debe quedarse a lo interno de la misma.
Acroarte es el único gremio, en todo el planeta, que al término de las asambleas tiene que pasar por la verguenza de enterarse de que sus propios miembros son los que salen a divulgar sus interioridades.
Una violación a los reglamentos del premio, a los estatutos de la institución y a la ética profesional.
Porque es verdad, no podemos tapar el Sol con un dedo, aunque en menor grado este año, los relacionistas públicos, miembros de Acroarte, hacen un flaco servicio y ofenden la imagen bien ganada de otros miembros que solo acuden a las nominaciones buscando que el resultado final se corresponda con la realidad del ambiente del entretenimiento en el 2011. Relacionitas públicos que pretenden socabar la inteligencia de sus compañeros, cuando a leguas se ve la intención de nominar a sus clientes, en detrimento de otros que hicieron mejor trabajo.
Y aparecen unos tontos útiles que los secundan no se sabe por cuáles propósitos y promesas. Y lo hacen a peser de saber el flaco servicio que le hacen a una institución con hombres y mujeres serios, honestos, que le roban tiempo a sus familias durante un fin de semana para resaltar la labor de comunicadores y artistas, muchos de los cuales, cuando se sienten inconformes, nos meten a todos en el mismo saco.
Pero también hay reclamos que no tienen razón de ser.
Muchos de los artistas que hoy reclaman una supuesta “exclusión” fueron ponderados, pero al momento de contar los votos quedaron muy por debajo de los nominados. Esto ocurre cuando en una categoría los pre-nominados pasan de cinco. Es un ejercicio de matemática simple, y no los cronistas, quien los deja fuera de competencia.
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