Testigo
José Antonio Aybar F.
“La traición la emplean únicamente aquellos que no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura”. Vicente Espinel (1550-1624) Escritor español.
Uno nunca termina de conocer dónde finaliza la verdad y dónde comienza la mentira cuando se trata de seres humanos acostumbrados a mentir las 24 horas del día y en quienes se deposita total confianza por la habilidad que muestran para esconder sus verdaderos propósitos. La historia de Pedro y el lobo nos enseñó desde pequeños a darle valor a la verdad y a desdeñar las falsas noticias. Un cuento aleccionador.
Qué ser humano no ha tenido la oportunidad de conocer a este tipo de especímenes disfrazados de mansos corderitos que con el tiempo sacan las garras para desnudar las verdaderas fieras que subayacen debajo de sus pieles?
La mansedumbre ha sido presa fácil de estos.
Son dueños de un accionar pausado, calculador y metódico, maestros del engaño y la estafa.
Van contigo al infierno si es necesario con tal de lograr su objetivo: el benefico personal mientras dure. Luego dan el zarpazo final.
El escritor italiano Lorenzo Bevilacqua escribió una fabula sobre un lobo que se viste con una piel de cordero para mezclarse con el rebaño de ovejas, consiguiendo que el pastor lo encierre todos los días en el redil.
Cuenta la fábula que el lobo cada noche se comía una oveja, hasta que el pastor lo descubre y decide colgarlo de un árbol, vestido con su disfraz.
Al pasar por el lugar, otros pastores se acercan y le preguntan al estafado pastor que por qué ha ahorcado a un cordero, a lo que el pastor responde: "La piel es la de la un cordero, pero su comportamiento era el de un lobo".
Bevilaqua añade la siguiente moraleja a la historia: “a la gente no hay que juzgarla por su apariencia externa, sino por sus actos, porque muchos que se disfrazan con piel de cordero actúan, llegado el momento, como lobos.
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