Josè Antonio Aybar F.
Algunos historiadores coinciden en señalar que el patricio Juan Pablo Duarte fue un poeta empedernido, que recitaba versos de manera periódica.
El ideario de Duarte está impregnado de rima, poesía, además de que no era ajeno a la música. Tocaba guitarra, flauta y piano.
Cuentan que su amor por la patria nació en su época estudiantil en Francia, donde conoció y se impregnó del Romanticismo.
A Juan Pablo Duarte se le atribuye ser uno de los precursores del teatro dominicano al ser el primero en promover eventos teatrales mediante las sociedades La Filantrópica y La Dramática.
Ambas instituciones fueron utilizadas por el patricio como escenario para presentar obras teatrales alusivas a la libertad dominicana.
La Filantrópica, fundada en 1840 difundía las ideas veladas de liberación a través de escenarios teatrales, donde llegó a presentar obras como “La viuda de Padilla”, “Un día del año 23 en Cádiz”, “Roma libre”, entre otras producciones teatrales.
No conforme con los resultados los fundadores de La Filantrópica decidieron crear La Dramática, donde los trinitarios se dedicaban a la actuación.
Duarte ha sido figura inspiradora para artistas plásticos, cantantes y poetas. En 1976 Wilfrido Vargas rindió homenaje al Padre de la Patria con el tema “Duarte, llegó la hora”, que tuvo una gran difusión en la radio nacional.
En 1976, y con ocasión de conmemorarse el centenario de Juan Pablo Duarte, el gran José Angel Buesa escribió y publicó un extenso canto que es considerado como uno de los mejores textos épicos de la historia literaria.
Pintores se han inspirado en la figura de Juan Pablo Duarte para plasmarlo en sus lienzos. Su casa natal fue convertida en un museo. En la misma vivió la familia Duarte-Diez desde su llegada a Santo Domingo hasta su exilio.
El Himno a Duarte, uno de los más hermosos tributos al forjador de la nación dominicana, fue escrito por Ramón Emilio Jiménez y musicalizado por José de Jesús Ravelo.
Himno a Duarte
En la fragua de la escuela
nuestra patria fue forjada,
y el calor de su enseñanza,
le infundió vida sagrada.
La gloriosa Trinitaria
que fundara, tu heroísmo,
fue la cátedra primera,
de moral y de civismo.
Fuerza era que un maestro
preparara, la conciencia,
donde habría de nacer,
la soñada independencia.
Y es así como cantamos,
tus virtudes allá el estro,
junto al padre de la patria,
la figura del maestro.
En la escuela se te honra,
por tus hechos, sacrosantos,
en las letras y las notas,
encendidas de sus cantos
Y al honrarte recordamos,
tu patriótico heroísmo,
es el prócer y el maestro,
que los dos son uno mismo.
La Bandera dice Patria,
y al decirlo se revela,que es el alma del maestro,
señalándonos, la escuela.
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