Si de buscar un culpable del fracaso del concierto "Tres grandes de América" se trata, no hay que analizar mucho. El fallo es única y exclusivamente de una inefectiva, por no decir nula, campaña publicitaria, y para llegar a este punto no hay que ser un gurú en la materia.
Desde el primer día de su anuncio muchas incógnitas rondaron este evento. Se desconocía quiénes eran los organizadores, hubo un cambio de fecha y a partir de entonces no hubo una promoción sistemática en radio, televisión, ni prensa escrita.
Llegada la semana crucial las preguntas comenzaron a rondar a la gente del medio y a una parte de público que escuchó por boca de otro de que existía la posibilidad de presentar un concierto con ese nombre.
Y las dudas fueron despejadas justo dos días antes del evento que se llevó a cabo en el Estadio Olímpico Félix Sánchez de Santo Domingo, un aforo con capacidad para acoger alrededor de 60 mil personas.
Anoche se demostró que sin una efectiva campaña promocional no hay artistas que logren arrastrar a su público y quedó demostrado. Sergio Vargas, Ricardo Montaner y Luis Enrique es una tripleta que asegura buen público donde quiera se presenten, pero al fanático hay que motivarlo. Los organizadores se confiaron en el arrastre y no en la motivación.
Tres Grandes de América, bajo la producción de Aristipo Vidal, Juan Arthuro Acosta, la puertoriqueña Maritza Casiano y Orlando Saillant, se presentó ante un pequeño público que no alcanzaba las 10 mil personas, y eso es penoso.
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